Hoy me toca hablaros un poquito de mi viaje a Holanda. Vais a tener que perdonarme pero fue un viaje del que no me acuerdo de un montón de nombres de sitios en los que estuve ya que a este viaje fui con el Instituto cuando tenía 17 años y fuimos en barco por los canales y en bici recorriendo miles de pueblitos maravillosos, que fueron tantos que no los recuerdo bien. Me quedé con los nombres más importantes, así que os hablaré de ellos, y os contaré alguna anécdota del viaje. Comenzamos:
El viaje a Holanda fue en 2013, yo tenía 17 años, y el Instituto nos propuso hacer un viaje de fin de curso, dándonos dos opciones de destino, Holanda y Alemania. Unos pocos eligieron Alemania, y más del 90% decidimos ir a Holanda. El viaje fue una locura en todos los sentidos, ya que íbamos en barco por los canales, llegábamos a un pueblito, el barco, ya sin nosotros se iba al siguiente pueblo que nos tocaba conocer y nos esperaba allí, mientras que nosotros íbamos en bici hasta el pueblo donde nos esperaba el barco, nos dábamos una ducha, nos arreglábamos y salíamos a conocer el pueblo hasta que nos tocaba cenar y dormir, si es que dormíamos. Y a la mañana siguiente madrugábamos y otra vez lo mismo, así hasta recorrer un montón de sitios, de los cuales por desgracia no recuerdo los nombres, ya que eran muchísimos. Eran pueblitos pequeños, que para llegar a ellos había que recorrer en la bici bastantes kilómetros de campo y paisajes típicos holandeses, con sus famosos tulipanes y molinos de viento. Era todo una odisea llegar hasta ellos puesto que éramos muchísimos los que hicimos este viaje, e imagínate a cientos de personas en bici ocupando todo el carril bici, en el cuál estaban permitidas las motos también. Es decir, que tu ibas tranquilamente por el carril charlando con tus amigos y de repente te venía de frente una moto, a toda velocidad, y tú, si tenías suerte la esquivabas. Y aquí viene una gran anécdota del viaje. En una de estas que venía una moto, una chica que iba delante mía en su bici, casi no le dio tiempo a esquivarla, se puso nerviosa y se cayó al suelo. Yo iba detrás, al lado de muchos amigos, que no esperamos su caída y fuimos cayendo todos con ella. Cuando me quise dar cuenta había como 20 personas en el suelo, unos llorando, otros riendo, otros sin más en el suelo. Yo tenía los brazos llenos de sangre ya que caerse de la bici a una velocidad bastante considerada, hizo que me los raspara, y eso que llevaba un cortavientos de manga larga puesto, pero ya os podéis imaginar como terminó. Otra cosa que me hizo mucha gracia de esa caída fue, que al levantarme del suelo y querer coger mi bici para seguir el camino, vi que la bici estaba rota. Y cuando digo rota no digo que estuviera arañada o algo por el estilo, estaba doblada por la mitad completamente, y el pedal estaba por un lado, los frenos por otro, vamos que parecía una bici del Ikea mal montada. Todo fueron risas hasta que vino una de las profes que nos acompañaron en el viaje, y me dijo que o me hacía andando con la bici a cuestas lo que quedaba del camino hasta llegar al barco, que eran unos cuantos kilómetros, o me tocaba pagar la bici. XD. Obviamente cogí la bici arrastrándola y llegué al destino, pero que poco considerada fue la señora. Además imaginaros la situación, yo con el cortavientos destrozado, los brazos sangrando, algo que podía haber acabado bastante mal, y me quería hacer pagar la bici, diluviando que estaba y yo arrastrando esa basura de bici destrozada. En verdad fueron las risas. Dejando de lado esta anécdota, una de las muchas de este viaje, pero si fue una de las mejores, comentaros que el aeropuerto donde aterrizamos fue el de Schipol, Ámsterdam. Si nunca habéis estado en Holanda, os recomiendo que aterricéis en él, ya que podréis ver, justo en la puerta del aeropuerto, las famosas letras grandes que pone I AMSTERDAM. Aunque también podéis encontrarlas en la plaza de los museos, donde se encuentra el Rijksmuseum, y a 3 minutos, el museo de Van Gogh, muy recomendables también de visitar. Deciros que en este viaje, no todo fueron paseos en barco y en bici, aunque si fue la mayoría del viaje, pero también nos dejaron estar dos días enteros sólo en Ámsterdam ciudad. Dos días que se quedaron cortos, ya que es una ciudad encantadora que no conoces en tan poco tiempo, pero si algo. Ámsterdam es una de las ciudades más interesantes en las que he estado, una ciudad tranquila por el día, pero una locura por la noche. Todos los bares se llenan a reventar, y están por todos los lados, y haga frío o llueva la gente está en las calles. Obviamente todo el grupo de amigos que fuimos quisimos entrar a los famosos CoffeeShops, entre ellos "The Bulldog" uno de los más conocidos de la ciudad, pero debido a nuestra minoría de edad no nos dejaron, eso sí, nos las arreglamos para poder sacar de dentro lo que veníamos buscando, ya que no hay nada que un español no consiga con la famosa frase "no hay huevos", pero lo pasamos súper bien, conocimos las cosas más típicas de la ciudad, como el famoso Barrio Rojo o Red Light, por si queréis visitarlo está situado entre la Iglesia Oude Kerk y la plaza Nieuwmarkt. Aquí hay otra anécdota graciosa, que se la quisimos liar a un amigo, os podréis imaginar. Hablamos con una de las chicas diciendo que él quería entrar pero le daba vergüenza, sin que él lo supiera, y la verdad que se quedó ahí la cosa, pero nos reímos bastante cuando el se enteró. Visitamos también la plaza Dam, que se encuentra en el centro histórico de Ámsterdam y está rodeada de edificios notables y tiendas de souvenir que la hacen uno de los lugares más importantes y conocidos de la ciudad. En la plaza Dam me compré una camiseta de uno de mis raperos favoritos, Asap Rocky, que hoy en día conservo y sigo utilizando después de casi 5 años. Otra cosa que visité en Ámsterdam, que me gustó y a la vez me impactó bastante fue la Casa de Ana Frank. Para los que no conozcáis su historia, Ana Frank fue una niña alemana con ascendencia judía, mundialmente conocida por El Diario de Ana Frank, que cuenta toda su historia, cartas que ella escribía mientras estaba encerrada en su casa, durante dos años y medio, ocultándose junto a su familia y cuatro personas más de los nazis de Alemania durante la Segunda Guerra Mundial. Su familia y ella fueron capturadas y enviadas a distintos campos de concentración alemanes. El único superviviente de los 8 fue su padre, Otto Frank, mientras Ana era enviada al campo de concentración alemán de Auschwitz. Yo por suerte pude estar en esa casa, visitar aquél lugar donde aquella humilde familia estuvo ocultándose, y donde se podía sentir la tensión, después de tantos años. Era un lugar pequeño y claustrofóbico, con muchísimas salas y escondites. Lugar 100% recomendable de visitar. Yo me compré allí mismo el libro, El Diario de Ana Frank, que también os recomiendo porque se os van a poner los pelos de punta. Y bueno, como ya os he dicho, no recuerdo mucho más, tengo algunas lagunas de ese viaje porque recorrimos muchísimos sitios en muy poco tiempo, pero estos son los más destacados. Os recomiendo visitar muchos museos, porque son súper interesantes. Fue un viaje muy especial para mi porque fue mi primer viaje con amigos, en vez de con familia. Fueron las risas, tanto en los camarotes del barco donde dormíamos como en desayunos, comidas y cenas que hacíamos allí también, y las fiestas que nos pegamos.
Y hasta aquí mi viaje a Holanda, con otro enfoque a los anteriores, más gamberradas, más risas y fiestas, visitando solamente lo importante ya que no daba tiempo a más, y aprendiendo muchas cosas nuevas, conociendo mundo, lugares y personas maravillosas. Si tienes la oportunidad delante, no la dejes escapar y viaja, viaja mucho y conoce mundo, porque viajar es vida.
Os dejo por aquí las fotos de los lugares antes mencionados, y os recomiendo que los visitéis.
Aeropuerto de Schipol y letras I AMSTERDAM.
Plaza de los museos (Rijksmuseum de fondo).
Museo Van Gogh.
CoffeeShop "The Bulldog".
Barrio Rojo o Red Light.
Iglesia Oude Kerk.
Plaza Nieuwmarkt.
Plaza Dam.
Casa de Ana Frank.
Muchísimas gracias a todos y todas por vuestra atención un día más, es muy gratificante escribir y que te lean de verdad, gracias. Hasta el próximo domingo, que volveré con mi último viaje, mi viaje a Londres en diciembre de 2017. Un abrazo!!
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